Como ya os anuncié un poco precipitadamente en mi anterior In My Mailbox, donde os comentaba mis recientes o no tan recientes adquisiciones, una de ellas fue este obsequio que regalaban las bibliotecas de la provincia de Barcelona al tomar prestado cualquier documento: L’illa dels tresors. Los tesoros en este caso son los libros, y la isla, la biblioteca que los contiene… Todos los relatos tienen esa presencia de la biblioteca en común, aunque con sentidos muy diferentes entre ellos.
-Ara t’explicaré com funcionava el sistema editorial en aquella època -va dir-. Però abans acaba de menjar, perquè és tan obscè que el dinar se’t posaria malament.