‘El misterio de Notting Hill’ de Charles Warren Adams

En agosto me lo pasé bastante bien con El misterio de Notting Hill, que es considerada por algunos la primera novela policíaca o de detectives. Le tenía echado el ojo desde hace bastante tiempo, así que me puse muy contenta cuando fue una de obras que compartió muy generosamente Alba Editorial en formato digital durante el confinamiento. Su introducción me resultó muy interesante, ya que la novela se publicó en su momento con pseudónimo y no fue hasta 1952 cuando se le atribuyó al editor y abogado Charles Warren Adams. Aunque por Internet he encontrado otras teorías y no las acabo de descartar.

Ahora disponen ustedes de la cadena completa, eslabón a eslabón. ¿Es una cadena de puras coincidencias accidentales o señala con terrible certeza una serie de delitos excesivamente horrible de considerar por su naturaleza y su modo de ejecución? Ésta es la primera pregunta que deben hacerse, y confieso que yo soy incapaz de responderla.

‘Vida de Charlotte Brontë’ de Elizabeth Gaskell

En la última semana se han juntado la celebración del Día de las escritoras (el lunes más cercano al 15 de octubre, Santa Teresa de Jesús) y el aniversario de publicación de Jane Eyre (el 16 de octubre). Y aquí os traigo para conmemorar ambas cosas Vida de Charlotte Brontë de Elizabeth Gaskell. La verdad es que estaba esperando a leer esta biografía después de los libros de Charlotte que me faltan, pero cuando se propuso como lectura conjunta para El Club de la Pecera no me pude resistir. En contrapartida me he llevado unos cuantos spoilers (obvio) pero el que más me ha dolido es el de Ruth de la propia Elizabeth Gaskell, por inesperado… De todas formas, spoilers aparte, ha sido una experiencia muy interesante. Por cierto, si queréis leer la biografía y no queréis descubrir detalles de su vida antes de adentraros en ella, os recomiendo no leer esta entrada, pues necesito compartir mi opinión sobre determinados aspectos de su vida que van desde su infancia hasta su muerte.

Tengo poco más que añadir. Si mis lectores creen que no he dicho lo suficiente, he dicho demasiado. Yo no puedo medir ni juzgar un carácter como el suyo. No puedo trazar los defectos y las virtudes ni el territorio en litigio.

Relectura: ‘Emma’ de Jane Austen

Como os decía en mi resumen de «reseñas perdidas» de este 2020, me era imposible resumir en un párrafo lo que supuso releer Emma de Jane Austen durante este confinamiento. Porque después de varias semanas encerrada, esta lectura significó mucho para mí. La volví a leer porque en el Club Pickwick fue seleccionada para ser leída en mayo, y coincidió con una lectura conjunta del Club de la Pecera, y durante el mes de mayo todo el mundo leía Emma… Yo me propuse releerla un poco «por encima», para seguir los comentarios, pero con Jane Austen no puedo hacer eso de leer en diagonal. Porque en las novelas de Jane Austen cada frase vale oro, así que abandoné mi intención desde la primera página.

No sé si las cosas tendrían que ser así, pero lo cierto es que las tonterías dejan de serlo cuando las hace gente inteligente y de un modo despreocupado. La maldad siempre es maldad, pero la locura no siempre es locura. Todo depende del carácter de quien la practica.

‘La dama desaparece’ de Ethel Lina White

Tengo pocas novelas de Rara Avis, la colección de Alba editorial dedicada a recuperar clásicos de misterio del siglo XX algo olvidados. No tengo demasiados de sus títulos debido al precio, pero me encantan estas ediciones y ya he localizado varias de sus novelas en la biblioteca pública donde suelo ir. La dama desaparece de Ethel Lina White fue una novela que compré hace unos tres años, y como para el reto Librópatas 2020 necesitaba un título donde la mayor parte de la acción tuviera lugar en un medio de transporte, me venía de perlas. Ya hace meses que la leí, pero quería hablaros de ella más profundamente de lo que hablaré de algunas otras novelas que leí durante el confinamiento (¿podemos hablar ya de confinamiento 1, dando por hecho que habrá un confinamiento 2? Bueno, de momento lo dejo así…).

Nadie podía prever, tampoco la señora Barnes, el curso de las siguientes veinticuatro horas, en las que esta chica -sola frente a una multitud de testigos- conocería una angustia espiritual que amenazaría su cordura por el bien de una desconocida por la que no sentía un afecto especial.

Si en realidad existía esa tal señorita Froy, claro…

‘Recuerdos de Jane Austen’ de James Edward Austen-Leigh

Mi última lectura de 2018 fue algo improvisada… Estaba en mi despacho, donde tengo mis libros de no ficción, ojeando embobada las biografías de Jane Austen que he ido acumulando, y me lancé sin meditarlo demasiado a la primera que me llegó por accidente, la primera que se publicó sobre la autora de Orgullo y prejuicio, y la primera que quería leer de todas las que tengo: Recuerdos de Jane Austen de su sobrino James Edward Austen-Leigh. Fue abrirlo y tenerlo leído en pocos días.

Jane Austen vivió completamente aislada del mundo literario: nada parece indicar que mantuviera correspondencia o conociera personalmente a ningún autor de su época. Es probable que jamás estuviera con nadie que le igualara en talento o celebridad; así que no pudo aguzar sus facultades enfrentándose a un intelecto superior, ni reforzar su imaginación con alguna sugerencia ocasional. Cuanto escribió era genuinamente suyo.

‘La inquilina de Wildfell Hall’ de Anne Brontë

Las expectativas eran muy altas: La inquilina de Wildfell Hall de Anne Brontë tenía que superar Cumbres borrascosas y Jane Eyre, ahí es nada. Sin embargo, sólo mis ansias por conocer esta novela, que últimamente se está reivindicando tanto, no me han servido para disfrutarla todo lo que me hubiera gustado. Creo que en los casos de sus hermanas, al ser las primeras, el factor sorpresa jugó a su favor, y en este caso, al tener tantas ganas de sentir algo parecido, me he ido desinflando un poco con cada página… Intentaré guiaros por cómo he vivido esta lectura sin desvelar demasiado de la trama. Por cierto, como ya he ido anunciando varias veces, se trata de una lectura conjunta con unas amigas y El baúl de Edenia, que próximamente publicará también su reseña (si no lo ha hecho ya).

Helen, quiero advertirte de estas cosas y exhortarte a que seas sensata y prudente desde el mismo comienzo de tu carrera, y a que no permitas que tu corazón lo robe la primera persona atolondrada o sin principios que lo ambicione.