Novelas, Reseñas

‘La habitación de Minerva’ de Rosa Garrido

Desde luego no me puedo quejar del lujo de colaboraciones con autores noveles que han contactado conmigo este año. A través de Miquel Sanz, el autor de Libros rayados, Rosa Garrido se puso en contacto conmigo por si me interesaba leer La habitación de Minerva, de la misma editorial. No suelo leer historias de miedo, no porque no me gusten, sino porque últimamente me siento más cómoda con el costumbrismo o el drama que con los fenómenos paranormales. Pero cuando leí uno de los relatos de Rosa y vi que con él tocaba también temas cotidianos y sociales, se me fueron todas las dudas. Además, se acercaba Halloween, la época ideal para leer este tipo de libros… Y aunque al final se retrasó un poco por algunas lecturas conjuntas que me coincidieron para entonces, os puedo asegurar que me mantuvo enganchada por completo desde el inicio.

—Minerva era una diosa romana. La diosa de la sabiduría y de las artes. Era muy muy lista, como tu mamá, y valiente y un poco guerrera, como tu mamá también, y una artista, aunque ahí no coinciden… (…) por eso, a papá no le vas a hacer lo del rincón, ¿verdad? Solo a mami. Como me lo hagas a mí, no vuelvo a entrar en tu habitación en la vida.

FICHA TÉCNICA

Título original: La habitación de Minerva
Autora: Rosa Garrido
Editorial: Maluma
Año de publicación original: 2020
Fecha de edición: Mayo 2020
Nº páginas: 384 páginas
Formato: Tapa blanda

Sinopsis: ¿Te has preguntado alguna vez qué ven los bebés cuando se quedan abstraídos e inmóviles, mirando al vacío? Quizás algo que tú no puedes o no debes ver. Eso le ocurre a Minerva. Su madre la descubre así en varias ocasiones, pero ella, la científica, la positivista, se niega a creer en lo que decía la niñera Marcia, que los niños son capaces de percibir realidades que los adultos ni adivinamos. Pero si únicamente existe lo medible y lo racional, ¿por qué a ella la persigue en sus pesadillas un ser deforme y mudo? Rechazará con todas sus fuerzas la oscura teoría de la niñera, hasta que descubre que el objetivo del engendro es su hija: Minerva.

COMENTARIO

Uno de los motivos por los que me atrapó completamente la novela fue su protagonista, una mujer inteligente y escéptica, que acaba de mudarse a una nueva casa con su marido Mario y su hija Minerva, que acaba de cumplir un año. En la casa nueva, Minerva está experimentando una serie de ausencias al mirar un rincón de su habitación y eso pone de los nervios a su padre y a las personas que cuidan a la pequeña. Pero nuestra mujer protagonista es fuerte, le quita hierro al asunto siempre que puede y se burla en cierta manera de la excesiva imaginación de los demás. Hasta que ella misma sufre algunas visiones y pesadillas demasiado reales y se ve obligada a aceptar una ayuda muy poco convencional. Me encanta la evolución que la lleva a aceptar que sí está ocurriendo algo raro, porque de alguna manera ayuda también al lector a entrar en esos sucesos extraños que se están produciendo.

Con el planteamiento de la sinopsis, como os decía, pensaba que iba a ser una novela de terror paranormal, y aunque algo de eso tiene, enseguida se nota por el tono desenfadado con el que está escrita que no vas a leer una historia de miedo puro. La habitación de Minerva acoge una variedad de géneros que me ha encantado: hay costumbrismo, drama, toques de humor, problemas sociales, thriller, suspense e intriga… Todo muy bien combinado y jugando con nuestra curiosidad, haciendo malabares con lo que sabe la protagonista y lo que sabemos nosotros como lectores. Este punto es muy importante para mí, porque aunque la novela tiene ganchos (el saber o no saber el nombre de la protagonista podría ser uno de ellos), en ningún momento la autora hace trampas, de manera que toda la información que desvela va a llevarnos a algún sitio y todas las tramas o líneas de investigación que se van abriendo, se acabarán cerrando una a una, y eso es muy de agradecer.

Esto de revelar la información justa en el momento oportuno no es nada fácil, sobre todo en novelas como ésta en la que entran en juego secretos familiares. Hay un momento en el que me hizo ilusión avanzarme a la novela, porque las pistas estaban ahí y supe verlas, porque coincidió que estaba dándole vueltas a una de mis muchas suposiciones sobre el libro justo en el momento en el que se revela la información adecuada. Pero también he de decir que venía de leer cuatro novelas de Robert Galbraith (aka J.K. Rowling) así que tenía el cerebro entrenado y frustrado por caer siempre en pistas falsas… Por eso agradecí enormemente que la autora fuese tan transparente y natural en este aspecto, incluso con sus guiños a la novelas de detectives.

Diseño del «Mono azul» por Diego Garrido. Muy interesante su significado y su transformación en fractal para la primera página de la novela, elaborado por Sergio CT.

Pero no olvidemos que la novela está catalogada como fantástica o de terror: al margen de esas escenas cotidianas en las que vemos a la familia protagonista interactuando con sus parientes, con sus compañeros de trabajo, con sus amigos de toda la vida…, también presenciamos momentos muy malrolleros que definiría como fríos, húmedos, oníricos… En definitiva, más relacionados con sensaciones que con cosas o seres tangibles, y eso me gustó mucho. Además, no explota lo melodramático como quizá lo hace Charlotte Perkins Gilman en El papel pintado amarillo o Daphne DuMaurier con Rebeca (con otras dos protagonistas sin nombre), principalmente porque nuestra protagonista sí tiene un entorno que la apoya y cuenta con muchos aliados, aunque cada uno tenga una teoría diferente sobre lo que le está ocurriendo: casa encantada, gato maligno, fantasmas, posesiones… Y hay detalles que me encantan, como razonamientos sobre algunas de estas apariciones inexplicables de Cuarto Milenio, o al revés, presentación de argumentos a favor de una realidad que va más allá de la nuestra.

Así pues, nuestra protagonista no está sola. Cada personaje aporta su propio bagaje, su vínculo con la protagonista. Y esto se acentúa cuando llegamos a un momento en el que se abre una segunda línea temporal: dejamos a un lado la voz de la protagonista para conocer la historia de sus padres, una pareja muy enamorada y trabajadora que, por lo que sabemos del presente, no tendrá un final precisamente feliz. La ambientación de ambas líneas temporales me gustó mucho, porque como niña de los 80-90 reconozco perfectamente ese ambiente, esas referencias a la Expo ’92, esa gran diferencia entre los juguetes de la protagonista y su amigo Samuel con los juguetes que le regalan a Minerva para su cumpleaños. En este sentido, también aplaudo que la novela esté ambientada en España, porque las novelas de miedo que he leído hasta ahora escritas por autores de aquí siempre se han llevado la historia a países angloparlantes, cuando aquí también tenemos casas de campo, pueblos fantasmas y leyendas urbanas como para rellenar páginas y páginas (ya os digo que tampoco he leído tanto del género, pero me parece una tendencia que existe).

Ilustraciones de Tere López para los relatos de ‘La habitación de Minerva’

Para terminar, me gustaría hablaros de los cuatro relatos que acompañan a la novela. Como cuando acabé el libro me entraron tantísimas ganas de seguir leyendo a la autora, me los devoré poco después. En ellos, encontramos el uso de diferentes narrativas y formas de jugar con el género del terror, ya sea tirando más para lo psicológico o para una historia de fantasmas… La gracia está en que todos los relatos están relacionados de alguna manera con el universo de La habitación de Minerva, compartiendo algunos protagonistas o personajes secundarios, y ha sido muy divertido encontrar la relación en cada uno de ellos, ya sean de forma más o menos tangencial y ese punto en común entre las ilustraciones de Tere López. Estos relatos vienen encuadernados aparte y se regalan con la primera edición del libro, aunque también pueden leerse en la página web de la autora de forma gratuita y no desvelan nada de la trama de la novela, así que se pueden leer tanto antes como después.

Rosa Garrido (Fotografía: Canal Vicus)

Rosa Garrido (Vitoria-Gasteiz, 1975) se considera más afín a las ciencias que a las humanidades, aunque estudió Filología Hispánica en Madrid, donde vive desde hace casi 30 años y donde se ambienta la novela. Explica que siempre le han rondado las letras por su cabeza pero que no fue hasta que surgió la idea de esta novela cuando comenzó a darles forma. La llama de la inspiración la prendió la niñera de sus hijos, una mujer de nacionalidad brasileña que un día, mientras los niños siendo muy pequeños se quedaron mirando fijamente un punto de la habitación, le explicó su «teoría» sobre la capacidad que tienen los bebés antes de hablar de ver a los espíritus. Así nació La habitación de Minerva, la primera de, espero, muchas otras novelas.

VALORACIÓN · · · · · · · · · · 5/5 ★★★★★

Cuando acabas un libro y tienes ganas de seguir leyéndolo, es que ha cumplido con creces su función. Su protagonista me ha resultado muy cercana, muy parecida a mí: generación parecida, recién mamá, referencias a cultura popular y películas similares (qué gracia ese momento Scarlett de ‘ya pensaré en ello mañana’ cuando tenía tan reciente Lo que el viento se llevó). Si tuviera que decir algo «a mejorar», sería quizá que el número de personajes que aparece en la novela es muy elevado, con lo que exige bastante concentración por parte del lector para no perderse y quizá se podría haber simplificado. Luego hay una escena muy concreta que me pareció un poco fuera de lugar, pero es como un añadido, así que no empaña lo que me ha llegado a gustar el resto de la novela, como la emoción que me transmitió al final, en una conversación determinada, o los temblores que me entraron (no de miedo, sino de impotencia) en una escena del pasado. Además, explora algo que siempre me ha hecho valorar positivamente las historias de terror, que consiste en hacer ver que el verdadero peligro no está en lo paranormal, sino en la naturaleza de algunas personas. Ya os digo siempre que soy muy emocional con mis valoraciones, así que le doy las 5 estrellas a esta novela. Porque es de miedo, pero también es de muchas otras cosas y toca temas muy importantes… Creo que a los que les gusta el terror les puede dar una perspectiva más amplia del mismo y a los que no se atrevan a dar el paso para adentrarse en el género, podrán probarlo sin llegar a tener pesadillas (o eso espero, cada uno conoce mejor que nadie sus susceptibilidades). Yo, desde luego, me he quedado con ganas de más.

✎ Sonia López

Bonus track:

Me gustaría compartir con vosotros la web de la novela, porque me parece que está muy bien cuidada y además de encontrar en ella los relatos de la autora por si os interesa entrar en el universo de Rosa Garrido, también hay mucho material adicional: https://lahabitaciondeminerva.es/

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