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Salón del Cómic de Barcelona 2018

El pasado 15 de abril Tomás y yo fuimos al Salón del Cómic de Barcelona, una cita anual a la que no solemos faltar. Sin embargo, este año estuve a punto de no ir al ver: 1) el precio de la entrada (¡10 euros!); 2) que habían retirado los múltiples descuentos a los que nos podíamos acoger hasta el año pasado (con el carnet de la red de bibliotecas, por ejemplo) y 3) que mantenían la «medida de seguridad» adoptada en el pasado Salón del Manga según la cual no podías salir del recinto y volver a entrar con el tradicional sellito marcado en tu mano (es decir, si sales, te quedas fuera o vuelves a pagar entrada). Pese a todo, finalmente nos animamos a comprar las entradas on-line, aprovechando que por primera vez no cobraban gastos de gestión (una cosa por otra).

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El Salón Internacional del Cómic, que celebraba su 36ª edición, ocupó varios pabellones de la Fira de Barcelona, en plaza Espanya. Lo mejor de ir en domingo es que aun siendo festivo, va bastante menos gente que en sábado. Lo peor es que quizá los primeros días hubo alguna joya de merchandising de importación que no llegamos a ver el último día, pero como dicen, «ojos que no ven, corazón que no siente».

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De hecho, una de las primeras cosas que me impresionaron (y ya llevo unos cuantos salones) fue la cantidad de expositores de tiendas dedicadas a merchandising de series y películas, además de cómics y mangas. Sé que muchas de estas cosas se pueden encontrar por Amazon y miles de tiendas on-line, pero algo de encanto sigo viendo en tenerlas todas concentradas en un mismo sitio. En esta ocasión creo que me llamaron más la atención porque estaban los stands mejor organizados que otros años, separando tiendas de figuritas o merchandising en general, por un lado, de tiendas más tradicionales de cómics, ya sean de novedades o de segunda mano. Un espacio aparte y más grande tenían «los grandes distribuidores» como podían ser la FNAC o El Corte Inglés, y editoriales importantes del sector que directamente tenían un espacio cerrado para ellos mismos con su entrada y salida (algo que me parece un engorro, sinceramente).

Una de las grandes experiencias que te ofrece el Salón es conocer en persona a los autores de cómic del momento y conseguir dibujos dedicados, ya sean internacionales, como Stan Sakai, autor de Usagi Yojimbo, o, lo más habitual, artistas españoles. En nuestro caso, nos llevamos un artbook con boceto incluido de Sergio Dávila, conocido principalmente por su versión de Conan el Bárbaro. Hacerse con la firma de los autores normalmente requiere cierta planificación. La página web de Ficomic suele recoger el horario de firmas (algo tarde para mi gusto, y mi gusto sería que salieran los horarios -¡o al menos los días!- en los que firman antes de sacar a la venta las entradas) y el procedimiento para conseguirlas dependerá del expositor que lo traiga: puede haber un sorteo de números en el caso de Norma o de ECC cuando traen autores internacionales, o te puede tocar esperar horas hasta que repartan los números en el stand de Planeta Cómic media hora antes de la firma… También es una buena oportunidad para asistir a alguna de sus master class o mesas redondas.

Después de pasear toda la mañana por el pabellón comercial -el más grande con diferencia-, y dejando a un lado los espacios de Nintendo y de juegos infantiles, por la tarde nos centramos en visitar las exposiciones. Este año, los protagonistas han sido el cómic Jamás tendré 20 años de Jaime Martín, el «rey» del cómic americano Jack Kirby, y nuestro Jan, autor de Superlópez, con motivo del estreno de su versión cinematográfica a finales de este año.

Entre las exposiciones había también espacios para la creación libre. Me impactaron ver esas letras sueltas del salón con los trajes de Son Goku y Vegeta, la verdad… Como el año pasado, también pudimos ver a un autor crear un mural en directo (en este caso se trataba de Frank Pé) y hubo también un lugar para la solidaridad, ya que algunos autores que pasaron los días previos por el salón realizaron algunos dibujos para subastarlos a favor de Proactiva Open Arms.

Después de reponer fuerzas con la merienda, volvimos al pabellón principal a visitar aquellos stands que más nos habían gustado, realizar las compras que podíamos con el dinero que nos sobraba del presupuesto, hacernos alguna que otra foto en los espacios promocionales de las películas Marvel, y visitar por última vez el espacio de fanzines y de artistas, que esta vez ocupaba un puesto bastante más importante que en otras ocasiones.

Y aquí está todo lo que nos trajimos… De un gusto bastante ecléctico, porque Tomás y yo coincidimos más bien poco en estas cosas, jajaja… Os lo cito de izquierda a derecha y de arriba abajo, porque en la resolución a la que subiré la foto no creo que se aprecie demasiado bien:

  • Cómic Ultimate Spiderman, que regalaban en el stand de Panini Comics con cualquier compra.
  • Preview Manga de Norma editorial, gratuito, que incluye los primeros capítulos de Yona, princesa del amanecer; Mi chico lobo; Fruits Basket (edición coleccionista) y Nuestras preciosas conversaciones.
  • Una muñeca Pinky St, una marca japonesa que hizo en su momento furor en Japón y que colecciono como puedo.
  • Tres puntos de libro dedicados a Sant Jordi de la artista Aida Piris. Me encantan los diseños de moda, y con esa temática qué iba a hacer, ¿dejarlos allí?
  • Dos muñecos antiguos de la colección de Masters del Universo. Me digo a mi misma que para Tomás son como sus Pinky St, pero las mías están a mejor precio, qué quieres que te diga, jajaja…
  • El artbook de Sergio Dávila con boceto y dedicatoria del autor.
  • El primer número de Ana de las Tejas Verdes dibujado por Yumiko Igarashi, la autora de Candy Candy (una joya, vamos) publicado por Panini Comics.
  • La revista del Salón del Cómic: gratuita, muy práctica y muy currada. Me encantó.
  • Una figurita de resina del dragón Shenron de Dragon Ball (para la vitrina).
  • Un fanzine llamado Back to the Culture dedicado a las Tortugas Ninja.
  • Y el último volumen publicado de Usagi Yojimbo, también con una aparición especial de las Tortugas Ninja (tenemos material para montar un museo de las Tortugas Ninja en casa).

¡Y eso ha sido todo! Curiosamente no me cansé tanto como otros años: supongo que las pausas cada dos horas para comer tienen algo que ver… Y que hubiera espacio para caminar a un ritmo normal ayudó también, aunque siempre hay espacios donde se concentraba la gente… La cuestión es que no sé si volveré al Salón, al menos el año que viene, por eso quería dejar constancia de esta última visita a modo de recuerdo…

¡Hasta la próxima! :)

Sonia López

6 comentarios en “Salón del Cómic de Barcelona 2018”

  1. ¡Muy chulo!

    Yo sólo he ido a un Salón de Cómic, en segundo de bachillerato (hace dos días, vamos xD) Y salí con el primer número de Card Captor Sakura jejeje

    Esos puntos de libro son <3 Yo necesito puntos de libro urgentemente, porque me han llegado libros nuevos y no tengo puntos de libro!!! Por eso me gusta pedirlos en bookdepository, porque a pesar de que tardan más en llegar que si los pido en amazon, por lo menos llegan con puntos de libro :P

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    1. ¡Anda! Yo creo que he ido casi cada año, pero suelo disfrutar más el Salón del Manga.
      ¡Los puntos de libro son una maravilla! No sabía que con Bookdepository te enviaban puntos de libro, nunca he comprado nada por ahí. Visito la web de vez en cuando buscando las ofertas de las que habla la gente, y nunca encuentro nada de mi gusto. XD

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  2. Crònica llegida. Però una mica més i ploro per aquesta frase: «La cuestión es que no sé si volveré al Salón, al menos el año que viene, por eso quería dejar constancia de esta última visita a modo de recuerdo…»

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