Novelas, Reseñas

‘Viento del este, viento del oeste’ de Pearl S. Buck

Estoy un poco desconcertada con esta lectura. Tenía todos los ingredientes para ser uno de esos libros que me gustan: una historia sencilla, sentimientos, encuentro entre culturas diferentes, protagonista femenina, en primera persona… Pero por algún motivo me ha resultado aburrida y contradictoria. Hoy quiero hablaros de mi percepción de Viento del este, viento del oeste, de la autora norteamericana Pearl S. Buck, la elección del Club Pickwick para leer el pasado mes de mayo.

Pero se trata de mi opinión personal, y no soy más que una mujer. Tendré que hablar con mi marido, que sabe más que yo, para que me diga dónde está lo engañoso y donde [sic] lo cierto.

COMENTARIO

Pearl S. Buck (1892-1973)

Cuando se propuso esta lectura, yo no conocía a la autora más que de haberla visto en alguna lista de escritoras ganadoras del Premio Nobel de Literatura. El tema tampoco me convencía demasiado, pero aprovechando una visita a la biblioteca y animada por todos los comentarios de otros miembros del club que hablaban de lo rápido que se leía, acabé intercalando la lectura con otros títulos. Mal jugado por mi parte, porque me ha costado horrores terminarla, para las escasas 200 páginas que tenía mi ejemplar.

Es de esos libros que en mi cabeza suenan con la locución lenta de la actriz de doblaje de Meryl Streep en Memorias de África… La protagonista es Kwei-Lan, prometida desde antes de su nacimiento al hijo de un amigo de su padre. Cuando empieza la novela, con un estilo epistolar y dirigida a una amiga anónima, hace un mes que se ha casado y lamenta que su marido ya no la encuentra atractiva. Su intención es adaptarse a los gustos más modernos y occidentales de él, ya que el hombre ha estudiado medicina en el extranjero y ha adoptado costumbres curiosas que dejan perpleja a nuestra protagonista.

En esta primera parte destaca la nostalgia con la que Kwei-Lan recuerda su vida anterior al matrimonio: las tradiciones de su hogar y la educación recibida por parte de su madre, centrada básicamente en agradar a su futura suegra. Cuando descubre que todo lo que ha aprendido no le sirve para nada con su marido, se entristece mucho…

En este punto, yo todavía no había entrado en la novela. Es una premisa interesante, pero cuando ves que en realidad Kwei-Lan sigue pensando que sus tradiciones son mejores que las de los demás, que sólo trata de renunciar al pasado para gustar a su marido, que básicamente se pasa la vida fingiendo, qué queréis que os diga, me parece una protagonista muy pobre y muy tonta… Estaba convencida de que el camino de este personaje la llevaría a conocer mejor a «los otros», hasta el punto de poder adoptar lo bueno de las culturas oriental y occidental, pero el camino se me estaba haciendo bastante cuesta arriba…

El personaje del marido comenzó cayéndome bien: le dice que tiene que pensar por sí misma, dejar a un lado las supersticiones, no ser una simple criada de su suegra… Pero al final, lo que los acaba uniendo como matrimonio es que ella acepta sus consejos y se pone a su merced. Bajo mi punto de vista, lo que acaba por conquistarle es la sumisión de ella a su inteligencia. Sólo empieza a fijarse en ella cuando Kwei-Lan muestra interés por lo que a él le gusta, lo cual podría parecer algo normal, pero cuando le pides a alguien que sea libre y sólo le haces caso cuando te obedece y se muestra dócil a tus palabras, y cuando te dice su opinión te limitas a negarlo todo y ridiculizarla… Pues no me convence como historia de amor, sinceramente.

Podrían parecer graciosos los intentos de Kwei-Lan de conquistar a su marido con los trucos de belleza tradicionales chinos, mientras el hombre no levanta la vista de sus libros, pero a mí me han parecido capítulos muy tristes. También puede tratarse de irónica la forma en la que Kwei-Lan describe a los occidentales como bárbaros o feos, cuando seguramente la percepción de Occidente de los chinos en aquella época fuera por esos derroteros también, pero en la actualidad me parece que esta novela ha quedado desfasada. Y el hecho de saber que en realidad es una mano norteamericana la que escribe eso como si fuera una china también me ha provocado una especie de rechazo…

Parte de la culpa seguro que la tiene la edición de Círculo de lectores de 1992 que he leído, con traducción de 1956 (el libro es de 1930). Los saltos en el tiempo me han resultado confusos por culpa de una mala interpretación de las palabras originales… Por ejemplo, en un capítulo dice que en la 11ª luna desde su enlace, nació su hijo, pero capítulos más tarde nos dice que lo empieza a notar en su seno, ¿adivina el futuro o tradujeron «nacer» en vez de «concebir»? Toda la primera parte me pareció muy liosa y contradictoria, y a mí estas cosas me dan ganas de hacer un mic drop con el libro y ponerme a hacer cualquier otra cosa.

En la segunda parte, la historia se centra en la relación de su hermano con una mujer americana y se contraponen los conceptos de belleza y educación de Oriente y Occidente. Kwei-Lan se ve obligada a convivir con una persona extranjera y alucina con muchas de las libertades que se toma su cuñada.

Esta segunda mitad se me hizo más llevadera, pero no llegó a transmitirme nada… De hecho, la figura de los padres de Kwei-Lan que se usan para representar la familia modelo de la clase media-alta china de entonces, con sus concubinas y tal, no me han resultado creíbles. Quizá porque ese mes leí también un par de relatos de la escritora japonesa Ichiyō Higuchi, que describe el sistema familiar del Japón de la era Meiji y era bastante similar al de China de esa época, y las comparaciones son odiosas… Mientras en los relatos de Higuchi se palpaba la crítica a ese sistema, mientras leía la novela de Buck no dejaba de preguntarme por qué utilizaba una protagonista tan cabeza hueca y conformista si el objetivo de la novela era realmente quitar prejuicios entre Oriente y Occidente…

VALORACIÓN: 2/5 ★★✰✰✰

En resumen: la lectura es sencilla y breve, y seguramente en otra edición diferente hubiera llegado a aprobarla, pero la confusión provocada por una traducción deficiente, sumada a los defectos de la obra (protagonista poco avispada, triste y aburrida; sociedad china descrita como lo peor, con cero autocrítica por parte de la protagonista; los americanos como portadores de la libertad, nada hipócritas, ¿verdad?; aprovechar la libertad que te da tu marido para obedecerle en todo lo que te pida, etc.), hace que no guarde un buen recuerdo de su lectura. Sí tiene elementos positivos (el personaje de la mujer extranjera es bueno; la nostalgia con la que describe la protagonista su vida pasada; la devoción de la vieja Wang-Da-Ma a su familia también es curiosa…), pero para mí no los suficientes… De todas formas, buscando el lado bueno de la vida, diré que gracias a la introducción y el epílogo de la novela firmados por Ángel Montoto, esta lectura me ha servido para conocer a una autora muy interesante, aunque creo que me interesa más su biografía que su obra, de momento. ;)

Sonia López

Bonus Track:

No he hablado de la autora, porque para eso en el Club Pickwick ya han resumido muy bien su interesante figura. En este enlace tenéis, además, información y contexto sobre la obra.

17 comentarios en “‘Viento del este, viento del oeste’ de Pearl S. Buck”

    1. Ay, me sabe mal, porque realmente a la inmensa mayoría del club le ha gustado y puede que a ti te guste también. Mi principal problema creo que ha sido la edición que tomé prestada de la biblioteca, que deberían enterrarla para que nadie la encontrara jamás… Al leerlo de forma pausada me acabó aburriendo en vez de dejarme llevar por el ritmo ligero de la lectura. Pero aunque sea algo superficial, no es mala novela para conocer algunas curiosidades de la cultura china, no sé… A lo mejor leyendo otras reseñas te animas a darle una oportunidad. :)

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  1. Hola!!! Pues la verdad a mí es una historia que me gustó mucho, si bien es cierto, me gustó más la parte centrada en el matrimonio de la protagonista que la parte del hermano, la parte del hermano me frenó un poco el ritmo. Es una historia muy sencilla que me ha dado ganas de leer algo más de la autora.
    Saludos

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    1. ¡Hola Janire! Me alegro de que te gustara. Yo es que creo que por culpa de la edición no entré bien en la obra. Las frases me parecían confusas, como si realmente hubiera estado traducido del chino en vez del inglés… Quizá si la lectura hubiera sido más fácil, no hubiera tenido tanto tiempo para rallarme la cabeza con los comportamientos de la protagonista y hubiera sido todo mucho más llevadero. Para empezar, es que no me quedó ni claro a quién le estaba escribiendo la historia ni desde qué punto temporal lo hacía… Pasaba el tiempo y no entendía por qué antes decía que habían pasado X meses y luego menos tiempo… Un lío… Aun así, sigo teniendo curiosidad por la autora. :) ¡Gracias por comentar!

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  2. Yo, Sonia, te diría lo mismo que te dice Janire, que me gustó mucho. Pero, claro, han pasado muchos años desde entonces y el mundo ha cambiado mucho. Hoy, como veo en ti y con toda la razón, las mujeres se sublevan ante este tipo de sumisión. Creo, Sonia, que hay que tener muy en cuenta que la cultura oriental (incluso hoy) no es equivalente a la nuestra occidental y que se sorprende uno leyendo a autor@s orientales actuales al ver cómo la mujer casada se comporta con su marido, y sí este es oriental pues imagínate.
    Me ha gustado tu reseña porque estimula el diálogo.
    Un beso

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    1. ¡Hola, Juan Carlos! Sí que es cierto que con los tiempos que corren cuesta más librarse de esa susceptibilidad hacia ese tipo de comportamientos descritos en la obra, pero normalmente procuro que no me afecten demasiado cuando leo, sobre todo cuando son libros que relatan otros tiempos y otras culturas. Aun así, hay algo en esta novela que no me acaba de llegar bien, como si hubiera interferencias… Por la vida de la autora, creo sinceramente que su objetivo es criticar ese conformismo que tanto me molesta, y mostrar que los prejuicios que podamos tener hacia otras culturas bien pueden ser recíprocos, así que mejor quitárnoslos de encima… pero me da la impresión de que está todo a medio gas y que a mí no me aporta nada nuevo… Como comento más arriba, parte de la culpa la tiene la traducción, porque entre bailes de fechas y acentos, bien pudiera ser que no captara del todo el tono de la obra, pero además hay algo en la frivolidad con la que se detallan ciertas tradiciones chinas que me molesta, quizá precisamente por ser consciente de que es una mujer occidental quien está narrando la obra…
      Me alegra recibir comentarios que defiendan la obra, porque tampoco es que la odie… Cuando odio una novela creo que se nota, porque me pongo más beligerante, jaja… Pero en este caso, simplemente me da lástima que lo que podría haber sido un libro de los que me gustan y dejan poso haya acabado siendo «uno más»… ¡Un saludo!

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      1. A veces puede haber un error de enfoque al leer un libro.En este caso hay lectoras que juzgan los personajes según criterios actuales y no de 1930.La autora vivió largo tiempo en China y refleja lo que vio no lo que una mujer actual querría ver.Buck refleja muy bien las relaciones y la China de entonces.De hecho,a pesar de obtener el Nobel y el Pulitzer ha sido ampliamente ignorada.Posiblemente en la Guerra Fría de los ’40 su descripción de los chinos y de China no encajase bien en USA.Tiene muchas novelas donde hay heroínas mujeres y dónde se muestra lo terrible que fue la invasión japonesa de China.A mí me gustaron mucho sus novelas porque me dieron a conocer otra cultura y los choques con la cultura occidental.Era así en esos años.

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      2. Gracias por tu comentario, Rosa. Espero darle una nueva oportunidad a la autora porque realmente su biografía me pareció fascinante y estoy segura de que aunque esta historia no me aportara nada nuevo a mí, seguro que en otras me sentiré más cómoda. Saludos!

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  3. Hola Sonia! a mí me costó un poco conectar con los personajes sobre todo al principio, conforme iba avanzando conseguí poner mi mente en modo siglo XIX (creo que era el XIX no?, ahora dudo) y conectar con la época. Es difícil aceptar como normal lo que ocurría hace dos siglos y no sentir rechazo, la sumisión de la protagonista era exasperante pero al final me di a mí misma una vuelta de tuerca y conseguí entender que para ellos era normal todo esto, a Kwei-Lan la habían educado así, la mujer tenía que agradar a su marido pero a los maridos no les enseñaban a agradar a sus esposas.
    Los personajes masculinos me resultaron un poco odiosos, a excepción del hermano de la protagonista.
    Me hubiera gustado que la autora hubiera profundizado más en la cultura china, al final la historia me supo a poco, me pareció muy sencillita y me dejó con ganas de mucho más. Me parece una novela fantástica para introducirse en la cultura china si no se conoce mucho de ésta.
    Besos!

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    1. ¡Hola! :D Pues no sé si era el siglo XIX porque como no pone una puñetera fecha en sus escritos… XD La novela es de 1930 y yo entendí que sería sobre esa época, o unos años antes, aunque muy con pinzas… Yo también creo que hay que ponerse en el contexto de la novela para poder disfrutarla sin que te molesten ciertas conductas, pero no sé por qué hay cosas que sí que las puedo aceptar dentro de la novela y otras que no.
      /A PARTIR DE AQUÍ HAY SPOILERS/ Por ejemplo: la descripción de su hogar con las concubinas de forma nostálgica, vale, puedo entenderlo porque al fin y al cabo es su infancia, es con lo que ha crecido… Pero ¿por qué cuando habla con su marido parece que comprende por fin la cultura occidental, pero luego vuelve a creer en supersticiones, y luego vuelve a darle la razón al marido, pero luego vuelve al templo, no vaya a ser…? ¡Pues me marea! Yo hubiera centrado la novela en la tercera concubina, menuda historia desaprovechada esa… XD Y al hermano, qué quieres que te diga… ¡Si se ve a la legua que su familia no va a pasar por el aro! Estuve toda su parte gritándole «¡búscate un trabajo!». Y tampoco me ha gustado que la «hermana» a la que va dirigida la novela sea tan anónima, porque al menos al principio parece que habla con alguien familiarizado con la cultura occidental, pero luego se dedica a echarle pestes de ella como si fuera lo peor, sin pensar que esa persona podría estar en desacuerdo o incluso sentirse ofendida… El caso es que me hubiera gustado ver, aunque fuera entre líneas, un ‘feedback’ de esa destinataria, un retorno que pudiera hacer recapacitar a la protagonista. De esta forma se hubiera salvado que todo lo que conociera de los occidentales fuera a través de su marido, no sé…
      En fin… que esta lectura no estaba hecha para mí, o quizá simplemente le he dado demasiadas vueltas, jaja…
      ¡Muchas gracias por compartir tu opinión! ^^

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  4. ¡Hola! La verdad es que coincido con todo lo que comentas en tu reseña, aunque yo en mi caso decidí ponerle una puntuación más alta. Me gustó como introducción de China y me pareció ligera y fácil de leer. Pero a pesar de habérmelo pasado bien, creo que has resumido perfectamente lo que me escamaba de la novela.

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  5. ¡Hola Sonia!
    Acabo de leer esta novela por segunda vez y siento decir que no coincido en absoluto con tu opinión sobre ella. La primera vez que la leí aún era una adolescente y me gustó de la misma manera. Hoy el mundo y mi vida han cambiado muchísimo. Y es en eso en lo que hay que centrarse. La globalización aún no se había producido, ni la revolución comunista y el abismo que separaba al mundo oriental del occidental era enorme. Aún lo es aunque en otro sentido. Y la vida matrimonial sigue exigiendo de determinados sacrificios aunque hayan de hacerse de otra forma.
    Esta obra va de lo obsoletas que se habían quedado las costumbres chinas y de la incredulidad de los chinos ante las maneras occidentales. Yo veo a ambas mujeres sumisas a su manera a sus maridos en un momento en que los roles femenino y masculino estaban perfectamente definidos en cualquier parte del mundo.
    Cuando se afronta la lectura de una obra clásica como esta se ha de tener muy en cuenta el contexto y olvidarse de nuestro pensamiento actual. Si por el contrario aplicamos las reglas actuales, los pensamientos y acciones de los personajes son inaceptables y la novela no nos aportará nada más que malos ratos.
    Aún así el esposo de Kwei-Lan me parece maravilloso. Lo que debería ser el esposo ideal que pretende la igualdad entre ambos cónyuges. Le abre los ojos a su esposa a los vientos de cambio y no transige con que ella siga viviendo en el pasado. Después de todo lo ocurrido a lo largo de la trama, Kwei-Lan ha hecho la transición y se ha modernizado. Solo mira hacia delante.
    En cuanto a la hermana a la que dirige sus escritos o cartas desde el principio, quiero aclararte que se trata de Mary, la extranjera. A la que termina por considerar como una hermana no solo política sino también de sangre.
    Y otro apunte, Japón y China ni se llevan bien ni son parecidos, de hecho han estado en guerra desde tiempos inmemoriales.
    En fin, creo que igual que ha dicho Juan Carlos, otro de los que han comentado, esto está muy bien para estimular el diálogo.
    Un saludo.

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    1. Hola!
      Me alegra que te hayas animado a dejar aquí tu opinión y gracias por la aclaración sobre la destinataria de las cartas. No sé si es algo que debería haber sobreentendido o deducido de la lectura, pero te aseguro que en mi edición al menos no encontré ninguna pista que me llevara a pensar en ella. 😅 Así como tampoco conseguí ver de una forma tan coherente el comportamiento de Kwei-Lan (lo cual también es lícito en literatura, que los humanos a veces tampoco somos coherencia pura) y el marido, qué le vamos a hacer, no me entró por buenos ojos… 😂
      Creo que comprendo todos los puntos que comentas de la novela, y tienes razón, por supuesto, en lo necesario que es ponerse en el contexto de la obra y que Japón y China tienen diferencias más que notables (espero no haber dado la impresión de confundirlos después de 5 años estudiando japonés, me daría mucha vergüenza 🙈). Empezaré por responder a esto último: no quería comparar ambos países más que en el hecho de que ambos contaban con familias estructuradas en matrimonio principal con sus concubinas o amantes o primera/segunda/tercera esposa dentro de la misma familia… Y si en vez de haber leído hacía poco un relato de Ichiyo Higuchi de varias décadas antes de esta novela, hubiese leído un libro ambientado en Afganistán en los años 90, probablemente los hubiera comparado también, aunque culturalmente sean totalmente diferentes… 😅 Al final, al menos a mí, el orden en el que leo los libros también me condicionan.
      Por otro lado, lo de poner en contexto, es algo que suelo hacer siempre por defecto, porque si no no hubiera llegado a leer ciertos libros ni a sentirme tan cómoda leyendo clásicos… Pero también digo en la reseña y en otros comentarios que con este libro me pasó algo muy particular y es que la edición que leí no me permitió conocer a la autora y su intencionalidad de forma directa, o así lo sentí yo. Ha pasado bastante tiempo desde que la leí, pero sigo recordando perfectamente mi frustración a la hora de intentar entender el texto por un cúmulo de faltas ortográficas y mala adaptación del texto original… (Ahora que me fijo en la fecha también pudo influir el hecho de que estaba embarazada y mi nivel de concentración bajó bastante! 😂).
      La verdad es que tengo pensado más adelante darle otra oportunidad con otra traducción (la he tenido en la mano más de una vez en tiendas de segunda mano) pero siempre acabo pensando que primero me gustaría leer alguna otra obra de Pearl S. Buck antes, y si me gusta, entonces ya sí volverlo a intentar con esta novela. Hay lectores a los que respeto muchísimo que les encanta esta novela y me da mucha lástima no haber logrado conectar con ella, pero al final todos somos humanos, con unos intereses distintos, con unas circunstancias diferentes, y como dice una compañera de lecturas siempre: «vino un barco cargado de gustos y se fue vacío». Realmente considero que la obra tuvo su importancia y aunque sigo pensando que pasados los años podemos encontrar historias de ese shock cultural oriente-occidente también desde el punto de vista de algún autor/a chino/a, mi intención con este comentario no ha sido nunca restarle mérito.
      Saludos y gracias de nuevo por comentar.

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      1. «A ti puedo hablarte, hermana, como a ninguna otra de mis verdaderas hermanas de raza. ¿Qué saben ellas de esos países lejanos dónde vivió mi marido durante doce años? Tampoco podría hablar libremente a una de esas extranjeras que no comprenden a mi pueblo, ni las costumbres que hemos conservado desde los tiempos del antiguo imperio. Es cierto que tú perteneces a esas tierras donde mi marido estudió sus libros occidentales; pero no dejarás por eso de comprenderme. Te digo la verdad. Te he llamado hermana y te lo contaré todo.»

        Este es el primer párrafo del libro. Creo que queda claro a quién llama hermana ¿no?
        Yo pasé toda la lectura intrigada sobre quién era esa misteriosa hermana a la que dirigía sus cartas porque de su madre sólo tenía un hermano, el que desobedeció. Ya en los últimos capítulos se me hizo la luz sobre la identidad de la chica y volví al primer capítulo para aclararlo y se hizo la luz… mis sospechas eran buenas. Y este detalle me sirvió para verle aún más valor a la novela. Un detalle intrigante que me gustó mucho.
        Yo creo que Kwei-Lan realmente no obedece a su marido sino a su madre cuando empieza a seguirle el rollo a su esposo con las costumbres occidentales. Su madre le aconseja que lo complazca para ser feliz y en ese sentido sigue sus ideas obsoletas de sometimiento e inferioridad ante él, es decir, sigue manteniéndose fiel a lo que aprendió de niña. También hay que darse cuenta de que, si no me equivoco, Kwei-Lan solo tiene 17 años cuando se casa y es una niña en el amplio sentido de la palabra. No puede tener el carácter muy formado y se bambolea hacia el viento que más sopla en cada momento, de ahí el título del libro en cierto modo,
        Los embarazos son muy traicioneros y estas cosas nunca te las explica nadie. Yo tuve un episodio totalmente terrorífico conduciendo de noche cuando estaba embarazada de apenas un par de meses y es que no podía enfocar nada bien las luces. Hice un trayecto casi a ciegas que cada vez que lo pienso me entrar escalofríos. Así que te pudo influir perfectamente.
        Encuanto a lo de Japón y China, me dio la sensación de que menospreciabas el conocimiento de Pearl S. Buck que vivió más de 40 años en China y creo que algunos conocimientos del país y sus costumbres tendría. Aunque Japón y China tuvieran costumbres poligámicas parecidas no creo que deba de comparárselas por ello. Creo que en general y en cuestiones afectivas no tienen tanto que ver aunque a priori pueda parecer lo contrario. O al menos esa es mi impresión al respecto sin tener un conocimiento profundo de ninguno de los dos pueblos.
        Te invito a que le des una segunda oportunidad a nueva edición más moderna, la última creo que es de 2017, porque la que yo he leído esta segunda vez está perfectamente redactada, de la primera ya no me acuerdo porque era un libro de una prima que leí en verano en su casa y yo era adolescente, hace ya varias décadas.
        Gracias por contestarme al comentario tan amena y amablemente.
        Un saludo.

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      2. Hola de nuevo!

        Sí, tiene todo el sentido que la «hermana» sea la «cuñada», no recuerdo por qué lo llegué a descartar o a lo mejor simplemente no pensaba ya en ello cuando llegué a la segunda parte… Y también te doy la razón en la puntualización que haces respecto a que Kwei-Lan es entonces una niña casi.

        Si en algún momento parece que menosprecie el conocimiento de Pearl S. Buck sobre China, no era mi intención en absoluto. De hecho, es una autora que me llamó mucho la atención al descubrir su biografía y en la que me gustaría profundizar ya, así que para nada… ;)

        Tomo nota de la nueva edición en el caso de releerla. Gracias!

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